Observo cómo te hundes
con el alma que llora de dolor,
inmóvil porque nada puedo hacer
por mantener a salvo tu honor.
Ni siquiera te veo ya luchar
los brazos bajaste sin furor
mientras mi grito ahogado
inunda el vacío de calor.
La desesperación me golpea
al tiempo que olvidaste el pundonor
no parecía importarte tu muerte
y yo agarrotado de terror.
Te hundes en el olvido de la muerte
sin sufrir ningún pudor
al tiempo que mis ánimos
se quedaron sin cantor.
Hubo un tiempo en que tu escudo
brillaba de gloria y sudor
tú lo ensuciaste de soberbia
hasta que otros le devuelvan el honor.
Que bonito.
ResponderEliminarLa poesía en general me encanta