lunes, 22 de diciembre de 2014

A ésa desconocida que viaja en avión

Si en tus horas más bajas
tu belleza me ha llegado
ni imaginar puedo cómo será
con tu corazón enamorado.

Ahora que luchas contra
virus y bacterias sin piedad
brillas con nombre propio
iluminando con gracia mi soledad.

Ya llegamos a tierra
y en ella sé que te perderás
así que perdona que te mire
ahora que sé que te marcharás.

martes, 30 de septiembre de 2014

Un caso como ningún otro

Los niños reían divertidos mientras curioseaban la carta del restaurante de comida típica norteamericana, bromeaban acerca de qué hamburguesa se pedirían, querían la más grande posible y con patatas y con Coca cola.
Su mujer también observaba la carta aunque en su caso buscaba algún plato que no fuese una bomba de calorías aunque tampoco quería conformarse con una ensalada, era la primera vez en meses que salían a cenar y no quería privarse mucho, sólo un poco.
Pero de los cuatro quien más disfrutaba era Antonio y tenía motivos para ello, era el único que no curioseaba la carta, sabía lo que quería; un costillar completo con salsa barbacoa para acompañar, lo tenía decidido desde hacía días. Y de postre pediría la tarta de queso, también la rumiaba desde hacía días.
Era su momento, el día en el que por fin podía salir a cenar con su familia y liberar tensiones después de meses de máxima tensión y trabajo. Era muy consciente de que se trataba de una gran victoria pero efímera, al lunes siguiente, quizás incluso antes, un nuevo caso le mantendría nuevamente ocupado, le volvería a dar quebraderos de cabeza, le apartaría durante días enteros (con sus noches) de su familia, de ratos como éste que saboreaba como nunca antes, posiblemente.
En cualquier caso confiaba que el futuro caso no fuera tan… no sabría cómo decirlo, tan “brutal”. Sólo él y sus compañeros eran conocedores de todo a lo que habían renunciado en los últimos meses, sólo él mantenía guardado en su memoria la cara de su mujer cuando le dijo que renunciaba a sus vacaciones, sólo él sabía el vacío que sentía cuando hablaba con sus hijos desde la playa mientras pasaba las noches en vela revisando datos en la jefatura mientras le preguntaban “¿Cuándo vienes, papá?”. Sin olvidar los fines de semana y festivos cotejando matriculas, llamadas de teléfono, ficheros de antecedentes penales…
Un caso como ningún otro, un pederasta que crea la sicosis en todo Madrid, un tipo que rapta una niña cuando decenas de policías ya le siguen los pasos y lo hace delante de sus propias narices, la presión en los medios de comunicación que inventan y opinan sin miramientos, los mandos superiores que presionan en busca de resultados, por no hablar del apremio de la calle, quienes le conocen le preguntan si volverá a atacar, si saben ya quién es. Todo eso con el añadido del saber que no pueden fallar, que un paso en falso puede dinamitar el trabajo de decenas de policías que como él se están volcando literalmente en la investigación, pulverizando sus horarios con cientos de horas extras por supuesto no remuneradas, pero eso es lo de menos, él como policía sabe que hay cosas que no se pagan con dinero ni siquiera con todo el oro del mundo.
Mientras ve reír a su hijo pequeño recuerda a ese policía que se pagó de su bolsillo otro gimnasio que no era el suyo lejos de su casa sólo porque por allí podía estar el monstruo, no fue el único que lo hizo pero él tuvo la suerte de coincidir con él, de verle la marca en la cara, de observar su mirada esquiva, su actitud sospechosa, fue él quien le pidió el DNI en un control “rutinario” sólo para subrayar el nombre y los apellidos ya conocidos.
Sigue observando a sus dos pequeños, esos que ya dicen con orgullo que su papá es policía mientras él piensa en esas niñas, las que han sufrido la desgracia de ponerse en el camino  de ése malnacido pero que a su vez han sido tan fuertes, tan valientes de ayudarles tanto, no ha sido fácil, el trabajo de esas policías que además son madres ha sido brutal ayudando a las niñas, jugando con ellas para que pudieran contar más de lo que se creían capaces, sin dolor, sin angustia.
Su mujer le observa y le sonríe, le pregunta si ya sabe lo que va a pedir, le contesta que sí y le devuelve la sonrisa. El camarero se acerca a tomar nota, Antonio deja escapar el aire de sus pulmones, un aire retenido durante demasiado tiempo dentro de él, vuelve a pensar en todos y cada uno de los policías que han hecho lo inhumano para que todo acabara de la mejor forma posible y aunque tiene la certeza de haberlo hecho todo, lo posible y lo imposible siempre le queda la sensación de que podían haber hecho algo más para que todo acabara antes. Se imagina a cada uno de esos policías al igual que él disfrutando por fin de esta pequeña victoria, con sus familias o amigos o incluso en la intimidad, como ése agente que esta misma mañana le decía que se iría al cine, que es allí donde celebra sus victorias.
Hay poco tiempo para celebrar, mañana habrá un nuevo caso así que Antonio mira a su familia en silencio mientras sujeta con delicadeza la mano de su mujer.
-A mí tráigame un costillar completo con salsa barbacoa y una cerveza –dice el policía con orgullo.

miércoles, 6 de agosto de 2014

EN ESTA NOCHE

En esta noche en la que no cantan los pájaros
En esta noche en la que la luna no brilla
En esta noche de verano sin calor
En esta noche de estrellas pequeñas
Y lágrimas secas
En esta noche de silencios
Y abrazos sin prisa
En esta noche sin música y sin voz
Sólo hay sitio para el dolor.

miércoles, 30 de julio de 2014

Martin Rae, el escritor de las conspiraciones



¿Qué hay que hacer para ser escritor?
Supongo que escribir.

¿De dónde salen las ideas?
Stephen King dice que están por ahí flotando y que los escritores tenemos una antena como la de las radios y las recibimos. En realidad no sabría qué responder, algunas vienen a la mente por alguna reflexión, otras porque quieres contar o denunciar algo, otras de la prensa o revistas, de experiencias propias… no lo sé.

¿Qué hay que hacer para publicar un libro?
Es la pregunta de siempre pero que con internet ha cambiado totalmente. Antes tenías que enviar tu manuscrito a editores o editoriales y esperar a que te llamaran. Hoy día es al revés, ellos te buscan a ti si les interesa lo que escribes. Mientras tanto puedes auto publicar en cualquiera que las opciones que hay que son muchas, subirlo a un blog, etc.

¿Qué consejos darías a alguien que quiere ser escritor?
Que escriba, y que lo haga desde dentro, que se olvide de lo que puede gustar o no o de a quién va a ir dirigido. En la literatura como en todo en esta vida hay que ser sincero y honesto de lo contrario lo que escribas sonará mentiroso y lo que es peor sin alma.
Y que no se dé importancia a las críticas, ni a las buenas ni a las malas, nada gusta a todo el mundo, en cualquier lugar del mundo aparecerá alguien a quien le haya gustado tu historia, en ese caso dlae las gracias y sigue adelante, nada más.

Ha escrito libros de zombis, novela romántica, terror, ciencia ficción… ¿Tiene algún genero favorito?
Soy poco de etiquetas, me pasa con los libros y con la música, el cine… no soy de géneros, me gusta leer y ver de todo y eso al final se plasma a la hora de escribir. Aunque si tengo que elegir un género que me atrae por encima de los demás sería el de terror, soy un poco friki.

En algún sitio he leído que se le considera el escritor de las conspiraciones, ¿qué le parece?
Jajaja, no lo sabía, pero en parte tienen razón, varias de mis novelas tratan de conspiraciones así que tiene sentido. Pero en general no me gustan las etiquetas.

¿Cuál será su próximo libro?
No lo sé. En los últimos meses he escrito cosas pero más bien relatos cortos, ahora tengo algo entre manos que no sé terminará siendo novela o cualquier otra cosa.

¿De sus novelas cuál es su preferida?
Me es imposible responder a esa pregunta, son como hijos, cada uno con sus cosas, con sus alegrías y sus miserias, con sus broncas y sus risas.

¿Y su personaje favorito?
Todavía no tengo ninguno, aunque de algunos de ellos pienso de vez en cuando y me pregunto qué será de sus vidas.

¿Alguno de ellos está inspirado en ti?
Todos tienen algo de mí, sobre todo los más villanos jajajajaj. Intento que sean personajes “vivos”, que no dependan de mi o lo hagan en la menor medida, pero siempre se cuela algo personal, me es inevitable.

¿Cómo definiría su obra?
No me corresponde a mi hacer eso, una vez que termino una novela ésta pertenece a cada lector, me he encontrado con puntos de vista que ni se me habían ocurrido y con percepciones muy distintas entre los lectores de un mismo hecho. Es una de las maravillas de la lectura el importante margen que tiene cada lector para imaginar e interpretar.

¿Cómo es Martin Rae?

Alguien que intenta vivir el mayor tiempo posible en la ficción ya que la realidad que nos envuelve es cada vez más triste y más pobre en todos los sentidos.

lunes, 14 de julio de 2014

LLEVO TIEMPO QUERIÉNDOTE DECIR

Llevo tiempo queriéndote decir
cosas que nunca me atreví.
Pedirte perdón mil veces
es imposible mientras creces.
Quiero jurarte que me gustaron
todos tus regalos que me llegaron.
Que sigo recordando nuestros juegos
como si todavía fueran nuevos.
Quisiera jurarte todo lo que de ti aprendí
y cómo gracias a ti nunca me rendí.
Quiero darte todos esos besos a ti
que por vergüenza nunca te di.
Quisiera escuchar todas tus historias otra vez
como si fuera la primera vez.
Quisiera decirte que te quiero
si no fuera por el misterio.
Quisiera que siguieras aquí conmigo
como cada tarde de domingo.
Quisiera volver a nacer
para tener el placer
de revivir cada encuadre
junto a mi padre.

martes, 22 de abril de 2014

Mientras te hundes

Observo cómo te hundes
con el alma que llora de dolor,
inmóvil porque nada puedo hacer 
por mantener a salvo tu honor.

Ni siquiera te veo ya luchar

los brazos bajaste sin furor
mientras mi grito ahogado
inunda el vacío de calor.

La desesperación me golpea

al tiempo que olvidaste el pundonor
no parecía importarte tu muerte
y yo agarrotado de terror.

Te hundes en el olvido de la muerte

sin sufrir ningún pudor
al tiempo que mis ánimos
se quedaron sin cantor.

Hubo un tiempo en que tu escudo

brillaba de gloria y sudor
tú lo ensuciaste de soberbia

hasta que otros le devuelvan el honor.

martes, 8 de abril de 2014

LOS ASESINOS DE MONTESQUIEU, CAPITULO 1

Es muy difícil conocer el momento exacto en el que se pone en marcha una conspiración, uno suele pensar en esas viejas películas en blanco y negro en la que un grupo de tipos con cara de malos reunidos en torno a una mesa de madera beben cerveza y fuman hasta convertir el aire en niebla deciden ir a por alguien en concreto. Sin embargo la experiencia explica que las grandes conspiraciones no nacen así, sino que es un pequeño arroyo de acontecimientos que termina convirtiéndose en un gigantesco río que  no hay dios que controle con sus centenares de afluentes, muchos de los cuales ni siquiera se conocen entre sí, pero que colaboran por igual en el resultado final.

Algo parecido ocurre con los motivos que lo desencadenan, imposible creer que exista sólo uno. Se dice popularmente que la primavera árabe comenzó cuando un vendedor callejero se inmoló para protestar contra el gobierno, un suceso así es sólo el último de los desencadenantes, cuando ocurre una revolución o una conspiración es porque conviven muchos factores inflamables.

Sólo como arranque que sirva para explicar en parte la situación, incluyo el extracto de las palabras del presidente del gobierno español en sesión parlamentaria:
“Por todos es conocida la situación por la que atraviesa el país, es por ello por lo que me veo abocado a tomar decisiones que sé que no serán del todo compartidas por una parte de la población, en cualquier caso entiendo que actúo por el bien del conjunto del estado y de sus habitantes…”

“…La concentración de poder por parte de un reducido grupo de empresas cuyos intereses fundamentales son el beneficio económico propio y en ningún caso el interés general, me obliga a tomar decisiones difíciles y comprometidas en algunos casos, pero que a la larga supondrán un mayor beneficio para todos, incluidos los accionistas y empleados de dichas corporaciones…”

“… una mayor tributación por parte de las rentas más altas no es sólo algo necesario, sino que además es de justicia, cuando la situación económica nos obliga a todos a tomar decisiones difíciles no hay nadie que pueda quedar al margen de las mismas, y quien más tiene y atesora conlleva una mayor responsabilidad con su país y conciudadanos…”

“No es admisible por gran parte de la ciudadanía que cuando los hospitales públicos se encuentran desbordados en su capacidad y en numerosos casos desabastecidos de los suministros farmacéuticos más básicos, un pequeño grupo de compañías se enriquezcan a costa de la salud de enfermos que no encuentran otra vía de solución que pagar por los servicios médicos más básicos, de ahí la decisión de nacionalizar de manera inmediata todos los hospitales privados que operan en la actualidad en territorio nacional…”

“…el sector bancario se ha visto beneficiado en los últimos tiempos de todo tipo de ayudas económicas que no sólo no han servido para mejorar la economía nacional, sino más bien todo lo contrario, han reinvertido esas ayudas para comprar bonos y letras del tesoro por los que posteriormente se le abonaban unos intereses en ocasiones totalmente fuera de valor de mercado, por tanto es hora de que reviertan a la sociedad buena parte de esos beneficios, para ello he creado la tasa especial a la banca, con ésta en torno a la mitad de los beneficios declarados en el último año deberán ser reintegrados a las arcas del estado, de igual forma, el estado se hará cargo del veinte por ciento de todos los depósitos bancarios que superen los cien mil euros por habitante…”


lunes, 10 de marzo de 2014

DE LA MANO

PRÓLOGO
En la tarde de hoy he realizado esa tarea convertida en maravillosa rutina con el paso de los años. En esta ocasión lo subrayaban dos pequeñas pero emocionantes diferencias. Por primera vez me acompañaba el pequeño Sergio, además el abono de este año encarna los diez años del Geta en primera. Quién me lo iba a decir, quién nos lo iba a decir, Papá.
Como tantas otras tardes recogí a Sergio a la salida del colegio, él conocía de antemano el plan para la tarde, de hecho me lo había pedido días atrás. Se ve que a él le aflige ya casi tanto como a mí el parón de fútbol durante el verano, sólo mitigado en parte por este acontecimiento de acudir al Coliseum a renovar los votos.
He de reconocer que el hecho de que deseara acompañarme me ilusionó y me acongojó casi por igual. Bien sabe todo aquel que me conoce que no me tengo por una persona supersticiosa, salvo en un apartado de la vida, en el azulón. Así que si llevo los últimos años yendo a renovar los dos carnés de socio yo sólo y ha dado buena suerte, no encuentro motivo alguno para cambiar la rutina. Me da igual que se puedan renovar cómodamente domiciliando la cuota, hay que venir en persona. El hecho de que en esta ocasión me acompañe Sergio, le añade más emoción a un acto ya sobradamente simbólico para mí, pero a la vez le carga con un factor desconocido en el devenir de la temporada.
Ha sido una tarde de finales de Junio no excesivamente calurosa. El Coliseum descansaba  al tiempo que se preparaba para la próxima temporada. Su labor no es baladí, cada quince días acoge los sufrimientos, pasiones, desengaños, frustraciones y alegrías de la afición que le rinde pleitesía. Eso entre todo tipo de comentarios despectivos que acoge por nuestra parte, que si es un estadio frío, incómodo, de difícil acceso, etc. Sin embargo, hasta allí vamos, algunos andando, otros en metro, en mí caso en coche ya que por las distancia y las imposibles combinaciones de transporte público, no nos queda más remedio. Es nuestra casa, nuestro hogar. Allí nos reunimos con nuestra “familia”, amigos, conocidos e incluso con algunos enemigos, allí reímos, gritamos y hasta lloramos, de alegría o de pena, depende de las circunstancias. Pero es nuestra casa, incluso algo más, se trata de nuestro templo.
Para mí sorpresa nos encontramos con una pequeña cola, nos habrá llevado unos veinte minutos realizar la renovación. Ahí es cuando por primera vez vemos el nuevo abono correspondiente a esta temporada, la primera ocasión que lo tocamos. Como hago cada año, una vez que dispongo de los dos abonos anuales me asomo al interior del estadio. Me gusta verle y sentirle así, tranquilo, en sosiego, expectante. Prácticamente es la única vez al año que lo disfruto así, sin tensión, sin nervios. O siquiera con menos que el resto de las veces que acudo allí para presenciar un partido. Porque para cuando renuevo el abono ya tengo en el estómago esas mariposas que no son de enamorado, sino de sufridor, y es que nos guste o no, en ese instante tenemos cero puntos acumulados en el casillero de la clasificación, y no me sirve de consuelo que los demás también, lo único que me preocupa es que nosotros seamos capaces de alcanzar los cuarenta y dos puntos que nos permitan mantener un año más la categoría, cómo lo consigan los demás no es mi asunto ni mi desvelo, salvo las dos veces que nos enfrentemos a cada uno de ellos en la liga.
Y es que suena fácil  alcanzar los cuarenta y dos puntos, pero en la práctica no es tan sencillo, tienes que ganar trece partidos, que se dice sencillo, o en su defecto por cada partido que no ganes debes conseguir empatar tres veces. Insisto, no es tan fácil, cada año hay tres equipos que no lo logran, aunque sólo sea por estadística en algún momento nos tocará ser uno de esos.
Además este año es especial, como ya he dicho se celebran los diez años del ascenso, es la décima temporada en la élite. Y qué poco me gustan este tipo de celebraciones, qué poco amigo soy de festejar nada por anticipado.
Mientras permanecemos en silencio Sergio y yo contemplando el interior del estadio, me vienen a la mente otros momentos, muchos son los que ya he vivido en él, pero en concreto uno muy similar a éste, en este mismo lugar del estadio, esa pequeña parcela a la que se accede desde el hall principal en las entrañas del Coliseum, ese día en que tú te desplazabas sentado en una silla de ruedas que yo empujaba.
Con ese recuerdo jugueteando en mis entrañas miré a Sergio, él observaba también el Coliseum, él cumplirá diez años el próximo verano, por lo que pertenece a esa generación inaudita que sólo ha conocido al Getafe en primera división, ésa que mira con recelo las no tan viejas fotografías de cuando el equipo jugaba sus partidos en campos de tierra o en el vetusto estadio municipal de Las Margaritas.
            Hay tantas cosas que Sergio no ha conocido pero que a su vez son parte de su historia, del devenir de los acontecimientos que le marcan hoy como lo harán en el mañana. Al fin y al cabo el fútbol no es más que un reflejo de otras tantas cosas que ocurren a nuestro alrededor, con las que convivimos, contra las que luchamos, pero que nos marcan hoy y nos definen para el futuro.
-¡Qué ganas de que empiece ya la liga, eh papá! –me dice Sergio cuando regresamos camino del coche. No le respondo más que con una sonrisa.
-¿Te parece que pasemos a comprar algo de marisco al Dagustín para cenar? –le pregunto cuando ya estamos en el interior. Responde de manera afirmativa con entusiasmo. Es otra de las tradiciones que tengo incorporadas cada año cuando renuevo el abono desde hace diez, es otra especie de celebración, no sólo de que el equipo sigue en primera, sino de otra que procedo a explicarle-. ¿Recuerdas que cada año cuando renuevo los abonos del Geta llevo a casa marisco para cenar?
-¡Claro!
-Lo que no sabes es cómo empezó esa tradición –no necesito mirarle para saber que me observa con ese gesto suyo tan característico de curiosidad por conocer el máximo detalle de todo cuánto le rodea-. Fue justamente hace nueve años. La primera vez que vine a renovar los abonos y que el Getafe estaba en primera división, pero no era eso lo más importante, era la primera vez que los renovaba y que tú existías, apenas contabas con unos días de vida, así que decidí sorprender a mamá con una cena romántica en casa.
-Ya, seguro –dijo en tono irónico-, lo harías para celebrar que el Geta estaba en primera.
Cuando me giré hacia él comprobé que me miraba con una media sonrisa burlona y por supuesto con esa mirada, con la mirada.

viernes, 14 de febrero de 2014

necesito que seas mi abrigo

Necesito que seas mi abrigo
en este invierno.
Y no lo digo por el frío
sino por el tormento.
No temo al frío ni a la lluvia
ni a los rayos ni los truenos.
Las sucias mentiras del amigo
convierten mis días en invierno.
Necesito que seas mi abrigo

En este mundo del averno.

martes, 28 de enero de 2014

Infancia

Cada día que me alejo de la infancia
siento más frío y soledad.
Se distancia de mi
sin pudor ni resquemor.
Y aquí me quedo yo
avanzando por el pasillo
de la vida y de la edad
con prisa y sin piedad.

Quiero volver a ella
sentir sus olores y colores
a sus juegos y sus risas,
a su inocencia y a su amor.

La infancia es la patria,
es el verano de la vida
el refugio del sufrimiento
la cama del viajero
el agua del sediento
el verso del amor.

Cuando llega el otoño
la añoro con melancolía
cuando llega el invierno
la lloro en soledad.
Daría mi oro y mi plata
por regresar a ella,
refugiarme en su calor,
volver a descubrir el mundo
antes de que se volviera hostil.

No quiero llegar a la vejez
sin recordar tal y como fue,
sé que se marchó y que no volvió
pero no puedo dejar de pensar en ella
como quien amó y al final perdió.